UN POCO
DE HISTORIA.
Uno de los acontecimientos más importantes que se ha
producido y nos ha
tocado vivir al finalizar el siglo XX y principios del siglo XXI en
la recién
creada Comunidad Europea es, sin duda, el cambio de moneda que han
adoptado
algunos países miembros de la
Comunidad.
Durante la cumbre de la UE celebrada en Madrid en
diciembre de 1.995, se decidió que la moneda única recibiría el
nombre de EURO.
Sin embargo, esta no entraría en circulación hasta el 1 de enero de
2002. Así,
a partir de esta fecha, los Estados miembros de la Unión Monetaria
Europea que
aceptaron el cambio, sustituyeron por el EURO las diferentes
monedas que
durante tantos años, estuvieron
haciendo historia en sus
respectivos
países.
En un principio costó creerlo, era lógico; ya que
había que eliminar por ejemplo el franco francés, después de 642
años de
historia; (1.360). El chelín austriaco, después de 498 años;
(1.504). España
decía adiós a la peseta, después de 134 años de circulación;
(1.868). El florín
holandés, al cabo de 163 años; (1.839). El dracma griego,
desaparece con 136
años en circulación; (1.866). El escudo portugués, después de 103
años;
(1.899). Así, hasta el resto de países que han
apostado por el
EURO.
Este acontecimiento, que forma parte de la historia
europea, también se produce en Estados Unidos, cuando el Senado
americano, en
1.792, (219 años), aprobó cambiar la moneda que tenía cada Estado,
por la que
en la actualidad circula y conocemos
como dólar.
Y es lamentable que aquí, en Europa, y en América,
no se haya llevado a buen término el
monumento que inmortalizase
las monedas de
cada país.
Normalmente, los acontecimientos relevantes acaecidos
en la historia de la humanidad, siempre
se han plasmado en grandes obras de arte a través de monumentos,
esculturas,
estatuas, pinturas, etc. De esta manera, los hechos pasan a
las generaciones futuras formando
parte de la cultura de los
pueblos.
Con este precedente, pienso que nuestras viejas y
queridas monedas, deben ser objeto de reconocimiento, no dejando
que caigan en
el olvido, para que pasen con dignidad a
la historia por lo mucho que han representado en
nuestras vidas.
DESCRIPCIÓN DEL POSIBLE MONUMENTO. (Realizado en maqueta).
La obra se compone principalmente de 2 piezas: la
base que es una estrella de cinco puntas (símbolo de la Comunidad
Europea), y
la moneda gigante. Entre las dos piezas, hacen
una altura de 8`50
metros.
La base, tiene la misión principal de sustentar la
moneda. El diámetro de la base
que ocupa la estrella es de 7 metros, y la altura de 1’50 metros.
En su
interior, va incorporado un dispositivo
eléctrico que hace girar lentamente
la moneda.
La moneda gigante tendrá un diámetro de 7 metros.
Por una cara, irán plasmados todos los países que componen la
Comunidad
Europea; y la superficie de cada país,
estará ocupada con las últimas monedas que estaban en circulación
antes de su
desaparición. Se reflejarán las fronteras por medio de iluminación
eléctrica.
En la otra cara, se colocará la imagen del euro que
ocupará toda la superficie circular de los 7 metros de diámetro,
así como la
bandera de la Comunidad Europea y
el símbolo del euro: €.
Serán resaltadas las
banderas y las letras,
por medio de
iluminación eléctrica.
En el pedestal de la estrella, se colocarán tantas
placas como idiomas tenemos en la Comunidad. De esta forma, nos
podremos enterar de los datos técnicos, del lugar donde
se ha ejecutado, del organismo o entidad que lo ha apoyado,
etc.
Este proyecto de monumento, en la actualidad en
maqueta, tiene las siguientes medidas: 20 cm. de diámetro en la
base donde se
asienta la estrella, e igual medida en la moneda donde se refleja
el euro y los
países de la Comunidad Europea. La altura
total, es de
26 cm.
La obra está registrada con el siguiente título:
HOMENAJE A LA MONEDA
DESAPARECIDA Y A LA UNIFICACIÓN DEL EURO.
PROYECTO
DE VIABILIDAD.
En el escrito de presentación comento, que uno de los
acontecimientos
más importantes que nos ha tocado vivir en la recién creada
Comunidad Europea, ha
sido el cambio de moneda. Es un gran evento y como tal, consideré
que se
debiera plasmar en una obra, a fin de que la cultura de las viejas
y queridas
monedas, no cayeran
en el olvido.
Llegué a la conclusión, de que en una entidad bancaría podría
encajar
perfectamente este monumento, por ser la primera actividad de
asociación: BANCA
– MONEDA. Tendría varias repercusiones positivas
para la
empresa que lo
ejecute que podrían
ser las siguientes:
1º : Por estar registrada la
obra, la historia queda y se transmite solamente a través de la
entidad que lo
lleve a cabo, con la consiguiente publicidad permanente, ya que
además de los
datos técnicos que hay que reflejar en los diferentes idiomas de
los 27 países,
se reflejará también, el nombre de la empresa que ha
patrocinado la obra.
2º : El día que se inaugure, será noticia relevante en todos los
medios
de comunicación de la Comunidad Europea por lo emblemática de la
obra, por el
gran recuerdo que guarda, y por la transmisión cultural que refleja
tan
importante historia. Podría incluirse en
una ruta de
visitas en la ciudad que lo
acoja.
3º : Además de la
publicidad que constantemente genera la
obra, pienso que se puede rentabilizar a través de
unos suvenir (huchas como la muestra). De esta forma, se amortiza y
genera
beneficios. Estas huchas, pueden también encajar como objeto de
regalo empresarial,
ya que al plasmar el anagrama de la sociedad
o entidad, tenemos una publicidad permanente que llega
a
millares de clientes.
ANOTACIONES:
El capítulo que más dificultad plantea a la hora de ejecutar la
obra es,
sin lugar a dudas, el ensamblaje de las monedas en el monumento. Mi
experiencia
adquirida después de la obra que realicé sobre la reproducción del
Guernica de
Picasso con monedas (4’5 x 2’5 m. = 10’12 m2 y 40.534 monedas), lo
tengo
solucionado.
Las medidas, maquinaria, materiales, etc. a emplear, están
resueltos.
Lo que con toda claridad no está
resuelto por la complejidad de ensamblar tantas
y distintas monedas (2 - 3
capas y 27
países), es el tiempo de ejecución y el coste
de la obra.
No obstante, considero
que aproximadamente en año y
medio
se puede realizar,
y el coste
podría rondar los
600.000 euros.
Si tenemos en consideración la importancia, magnitud,
repercusión, valor
cultural e histórico de unos símbolos u objetos tan influyentes en
nuestra vida
como son las monedas, por todo lo que han representado y
representan, capaces
de tambalear la economía de cualquier país y por lo que diariamente
todos
luchamos para poder vivir y garantizar nuestras vidas; he
considerado que a
nosotros, a los que nos ha tocado vivir esta transición monetaria,
debemos
dejar plasmada esta obra. Nos lo
agradecerán nuestras futuras generaciones,
así como la cultura histórica, al
poder contemplar el:
MONUMENTO A LA MONEDA DESAPARECIDA Y AL EURO
Autor:
Fernando Sánchez Alexanco.